El mercado inmobiliario está cambiando. En un contexto económico global cada vez más incierto, muchos inversores se preguntan si es mejor apostar por proyectos locales o explorar oportunidades en el extranjero. La respuesta, como casi todo en el real estate, depende de una serie de factores que vale la pena analizar.
En Argentina, el sector muestra signos de reactivación tras años de vaivenes. La reciente implementación de medidas como las hipotecas divisibles y los créditos para desarrollos desde el pozo abren un nuevo panorama para quienes buscan ingresar al mercado con inversiones más accesibles y de largo plazo. Sin embargo, hay una traba importante que todavía pesa: el alto costo de la construcción en dólares. Hoy en día, edificar en el país resulta considerablemente más caro que hace un par de años, lo que desalienta a muchos desarrolladores y compradores que sueñan con construir desde cero.
Frente a ese escenario, cada vez más argentinos miran más allá de las fronteras. Ciudades como Miami, Madrid o Montevideo siguen posicionándose como polos atractivos para quienes buscan estabilidad jurídica, rentas dolarizadas y la posibilidad de diversificar su cartera. En muchos casos, se trata de tickets de entrada más altos, pero con reglas de juego claras y previsibilidad tributaria.
Entonces, ¿qué conviene hoy? Para quienes buscan oportunidades de alto retorno y están dispuestos a asumir mayores riesgos, los desarrollos en Argentina pueden ofrecer márgenes competitivos, sobre todo en zonas con potencial de crecimiento urbano. Por el contrario, si la prioridad es preservar el capital y obtener una renta constante, los proyectos en el exterior pueden brindar mayor tranquilidad.
Al final del día, no hay una única fórmula ganadora. Lo importante es conocer el momento del mercado, analizar cada operación con información confiable y, sobre todo, definir claramente el objetivo de la inversión: ¿buscás rentabilidad, seguridad o un mix de ambas?
Porque invertir no es sólo comprar una propiedad. Es proyectar futuro.